Entrevista Motivacional

“Somos aquello que hacemos repetidamente. La excelencia, pues, no es un acto sino un hábito”.
Aristóteles.

La vocación de los profesionales de la salud de promover un estado de mayor bienestar en sus pacientes, repetidamente choca con la realidad de las importantes dificultades que surgen en los cambios de hábitos.

Durante mucho tiempo, la herramienta que dichos profesionales utilizaron fue la transmisión de información, con la expectativa de que al poseer el conocimiento, el paciente podría resolver su problemática respecto a su estilo de vida y hábitos.

Ya en el año 2005 la Organización Mundial de la Salud, establecía que la sola prescripción no era suficiente para modificar hábitos y mantenerlos en el tiempo.

Hoy en día es bien sabido que el profesional tendrá un importante nivel de éxito al colaborar con su paciente, en la medida que cuente con las habilidades necesarias para obtener la motivación y el deseo de cambio duradero del consultante.

A diferencia de otros estilos de entrevista (coercitivos, argumentativos, persuasivos, etc.), la filosofía de la entrevista motivacional pone énfasis en el protagonismo del paciente y su capacidad de elección. Prochaska y Di Clemente, después de estudiar los procesos de cambio de las personas, llegan a la conclusión, de que antes de lograr los cambios definitivos, las personas atraviesan una serie establecida de etapas que se diferencian entre sí por la emocionalidad respecto al cambio, y por consiguiente, el abordaje debe ser distinto en cada una de ellas.

Por esto resulta de fundamental interés que el profesional esté capacitado en el reconocimiento de la etapa del proceso que está viviendo su paciente, y cuál es el tipo más eficaz de intervención. El profesional formado en éstas competencias motivacionales, puede contribuir con su paciente, facilitándole el pasaje por todos los estadíos del cambio de hábitos y lograr su mantenimiento. El conocimiento de todos los factores intrínsecos y extrínsecos que hacen posible mantener una motivación estable y un deseo de cambio firme, son fundamentales a la hora de apoyar al paciente en su proceso.

La entrevista motivacional se centra en el paciente y el desarrollo de sus habilidades para el cambio, pero el profesional sólo puede acceder a éste estilo de consulta en la medida que cuente con las habilidades comunicacionales necesarias para que las estrategias que se planteen resulten efectivas.

Los beneficios de este estilo de entrevista incrementa sustancialmente las posibilidades de cambio del paciente y otorga al profesional el genuino disfrute de su profesión, alejándolo de la frustración ante la falta de resultados del consultante.